¿Acaso podemos permitirnos llegar tarde a algún lugar?

El Paraíso está en San Marcos Sierras. Aventuras. Experiencias de vida. Mucho del pasado, tal como fue, permanece intacto en nuestro pueblo.
La tierra, el hombre, sus costumbres naturales y ancestrales. La vida, el telar, las cosechas. Identidad. Pasión.
La gente y sus retinas donde se puede mirar la paz. Rostros y manos curtidas por el amor a la tierra.
El descanso se impone, viene solo. Tomarse un mate cebado con tortillas al rescoldo mecido en el respaldar de algún sillón, rodeado de paz.

Librarse de todo pensamiento en el vuelo de algún ave, apoyado en alguna piedra al lado del río.
Despertar y estirar los brazos, bostezar y cerrar de nuevo los ojos. Soñar. Vivir.
Llegar tarde a todos lados, o no llegar. Estar sin apuros, sin problemas. La vida de la sierras te envuelve, te fascina.
Una mañana soleada con trinos de pájaros, una tarde fresca de caballos ensillados y chinitas sonrientes en el patio, una noche al abrigo de guitarreadas, puyos y estrellas.
Un paseo por la capilla, oír los silencios a media luz de la vieja iglesia colonial. Sentir. Admirar.
La simpatía a flor de piel. Hospedajes de nivel y comida regional.

Pase y disfrute…

Siempre lo esperamos.

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